Martirizas mi mente con tus quejas.
Tus palabras cargadas de opio,
me mantienen en un sueño sin sueños,
ni despierto ni dormido.
¿Necesitas acaso de mi para echar a andar?
Eres una sombra de Lázaro.
Amas la esclavitud.
Inventas amos cuando no los tienes.
Sólo aspiras a camello,
Cuando debieras ser león, niño, hombre…
Naciste para derribar ídolos.
No existe la opción.
No existe el valor.
Tan sólo mira al frente:
Afronta el destino,
Afronta tu suerte…